Persona, mente y memoria

Autor: Díaz Meza José Luis

Fragmento

PROCESOS DE LA MEMORIA De forma genérica la palabra memoria indica a cualquier material o instrumento que permita almacenar y recuperar información. De esta manera hablamos sin dificultades de la memoria en las computadoras y, como reflejo tosco que son de la mente humana, construimos, distinguimos y podemos medir en ellas a una memoria de trabajo (RAM) de otra de almacenaje en el disco duro. De manera más restringida y específica nos referimos a la memoria como la capacidad para recordar o como la facultad por medio de la cual se recuerda. Esta facultad psíquica es crucial y definitiva para las personas, pues la conciencia que tienen de sí mismas se basa en buena medida en su capacidad para reconocer, en su habilidad para rememorar su pasado y en el recuento de su propia vida. Más aún, las personas recolectan no sólo vivencias personales, sino un enorme bagaje de conocimientos adquiridos, almacenados y útiles para vivir. Y si la inteligencia es una capacidad para actuar y resolver la vida, el material que utiliza para realizarlo está en buena medida en la memoria, la cual por medio de esta ruta de acción sobre el mundo se imprime en el medio y lo modifica. De hecho, según se muestra en un trabajo reciente de la Universidad de Michigan, el entrenamiento de la memoria de trabajo en una prueba de dificultad creciente mejora ya en un lapso de dos semanas el nivel de inteligencia medido por pruebas estándar. Un error muy común en las novelas y en las películas que tratan sobre la amnesia es que el protagonista que la padece ha olvidado su pasado o quién es, a partir usualmente de un traumatismo craneal, pero se le ve intelectualmente muy activo investigando estos misterios, algo que no ocurre pues las personas con amnesia están en general imposibilitadas de realizar planes exitosos que necesitan de la memoria para forjarse.

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2010-01-15   |   1,036 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 32 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2009 Pags. 513-526 Salud Ment 2009; 32(6)