Fragmento

Quisiera presentar el espontáneo relato de un paciente. Respetamos, como es de rigor, el secreto médico, por eso lo identificamos sólo con las iniciales UPI: un paciente, inteligente, culto, etcétera. Con un lenguaje claro, ingenuo, veraz y emocionado este paciente describe su problema médico desde el diagnóstico hasta su tratamiento. Invito a mis colegas para que se observen entre las figuras reflejadas como un espejo, por este enfermo. A quienes no hayan tenido contacto con la enfermedad y la cirugía, les entrego un testimonio verdadero, franco, de quien ha pasado por una experiencia imprevisible: sobrevivir gracias al engranaje médico. Apuntes de UPI: …«Hasta una cierta tarde de febrero, mi vida transcurría normalmente, es decir, ocupado en el trabajo médico, en problemas de relaciones humanas, nuevos proyectos académicos y hospitalarios, etc. Fue entonces cuando empecé a reparar en mi cuerpo. La orina salió obscura, lo que paralizó mi corazón (no se está preparado para esto). Sin embargo, no le di importancia sino hasta la mañana siguiente en que volvió a ocurrir lo mismo; avisé a mi esposa, que no es médico, y ella me dijo: tienes que tomar una muestra para analizarla y hacer cita con el médico. El resultado del laboratorio me dejó perplejo: había sangre. Ya advertido, al otro día se repitió el mismo cuadro, y habiendo examinado la orina en un laboratorio diferente, se obtuvo el mismo resultado. Como médico, aunque de otra especialidad, pasaron todas las ideas negativas y angustiantes del caso. Nada me dolía y yo hacía mi vida como siempre.

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2010-01-25   |   671 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 16 Núm.103. Septiembre-Octubre 2009 Pags. 3-11 GINECO 2009; 16(103)