Fragmento

De acuerdo con la Academia Americana de Odontología Pediátrica, la anestesia general está indicada en niños, cuando son incapaces de cooperar debido a una falta de madurez psicológica o emocional, la presencia de estados intensos de ansiedad, discapacidad física o mental, pacientes en los cuales la anestesia local es inefectiva debido a una infección aguda o por procesos alérgicos, pacientes que requieren procesos quirúrgicos extensos o que presentan anormalidades anatómicas relevantes, o para reducir los riesgos médicos, y finalmente en aquellos pacientes que requieren tratamiento dental integral extenso de forma inmediata. La demanda de tratamiento bajo anestesia general, en ausencia de necesidades clínicas objetivas, no puede ser considerada una razón suficiente para llevarlo a cabo. Este procedimiento sólo debe ser usado como último recurso, después que se haya comprobado que las técnicas de guía y manejo de la conducta no son efectivas. El odontólogo confronta con cierta frecuencia situaciones clínicas en las cuales no es posible aplicar las técnicas de manejo de la conducta porque los padres no lo autorizan. En un estudio previo retrospectivo efectuado por la autora, se observó que en un grupo de pacientes sanos mayores de seis años de edad, en la mayoría de los casos la decisión de administrar la anestesia general fue tomada por los padres sin haber indicadores clínicos que lo justificasen. Es más, Harrison y Nutting en 2000, desarrollaron un estudio en el cual determinaron los motivos para efectuar el tratamiento odontológico bajo tal necesidad y las razones para repetirlo, afirmando que los padres cada vez aceptan más su aplicación por evaluación estadística, ya que el número de anestesias generales solicitadas por ellos aumentó de 17% para la primera vez, a 30% cuando era necesaria una segunda aplicación en el mismo paciente. La mayoría de los estudios publicados que analizan las indicaciones de anestesia general odontológica y evalúan los tratamientos restauradores realizados, son llevados a cabo en el marco de atención clínica de un servicio público hospitalario o en una Facultad en la cual estudiantes de posgrado realizan los tratamientos y, por tanto, los costos no son un factor determinante en la decisión. En el caso específico de la autora, los tratamientos se realizan en una clínica privada dotada de quirófanos con equipos especiales, lo que provoca un incremento significativo de los costos adicionales para los padres. Esto podía hacer suponer que la demanda de este servicio debería ser menor, pero en la consulta diaria no es así.

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2010-01-29   |   1,368 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 6 Núm.63. Octubre 2009 Pags. 2 Odont Moder 2009; 6(63)