Diagnóstico diferencial para atender a un paciente con vértigo

Autor: Corgel Gerhardt

Fragmento

El vértigo es el síntoma principal de la enfermedad vestibular, una sensación de movimiento cuando no lo hay o una sensación exagerada de éste en respuesta a un movimiento corporal dado. Así, el vértigo no sólo es “girar”, sino que puede presentarse como una sensación de “dar de tumbos”, de “caer hacia adelante o hacia atrás”, o de que “el piso se mueve”. Debe ser distinguido de la pérdida del equilibrio, mareos y síncopes, los cuales por lo general no tienen origen vestibular. Cuando es resultado de vestibulopatía periférica por lo común tiene inicio súbito, puede ser tan grave que el paciente sea incapaz de caminar o ponerse de pie y, con frecuencia se acompaña de náuseas y vómito. El tinnitus y la pérdida de la audición pueden estar relacionados y proporcionan un fuerte apoyo para un origen periférico. El mínimo examen físico incluye la prueba de Romberg, evaluación de la marcha y observación en busca de la presencia de nistagmo, pues en lesiones periféricas, éste generalmente es horizontal con un componente rotatorio, mientras que en la fase rápida, la sacudida por lo común se aleja del lado enfermo. Para facilitar el diagnóstico, se puede llevar a cabo la maniobra de Nylen-Barány, la cual se realiza colocando al paciente sentado con la cabeza volteada a la derecha. Luego, se lo pone rápidamente en posición supina con la cabeza extendida sobre el borde del asiento y se la coloca 30º por debajo del cuerpo. Se busca nistagmo durante 30 segundos. La operación se repite, pero ahora volteándole la cabeza hacia la izquierda. Por último, se vuelve a efectuar la maniobra sin voltearle la cabeza. Este procedimiento se intenta para inducir nistagmo de posición, pero se limita cuando ya es capaz de fijar la vista —el nistagmo no siempre está presente, pero puede ocurrir en cualquier dirección y ser disociado en ambos ojos—. O se le efectúa la prueba de Fukuda, la cual consiste en que camine en el lugar con los ojos cerrados, observándose que rota a menudo hacia el lado del laberinto dañado. El vértigo episódico puede ocurrir en pacientes con diplopía por oftalmoplejía externa y es máximo cuando miran en la dirección donde la separación de imágenes es mayor, lo que puede presentarse durante la consulta cuando, semiacostados, ven hacia el techo, la lámpara dental o al odontólogo y a su asistente. Las lesiones cerebrales que afectan la corteza temporal también pueden producir vértigo, el cual es a veces el síntoma inicial de convulsión. Finalmente, puede ser un rasgo de cierto número de trastornos sistémicos y ocurrir como un efecto colateral de ciertos anticonvulsivos, antimicrobianos, hipnóticos, analgésicos y tranquilizantes, drogas o alcohol.

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2010-01-29   |   1,125 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 6 Núm.63. Octubre 2009 Pags. 6-7 Odont Moder 2009; 6(63)