Biopsia del tubo digestivo.

Generalidades 

Autores: Ridaura Sanz Cecilia, López Corella Eduardo

Fragmento

Las biopsias endoscópicas gastrointestinales constituyen casi un tercio de los especímenes remitidos a los departamentos de patología pediátrica. El uso cada vez más frecuente y extendido de la “toma de biopsias” del tubo digestivo en la práctica clínica enfrenta al patólogo con una gran diversidad de patrones morfológicos (normales y anormales) que corresponden a estadios diferentes de enfermedades, grados diferentes de afección con repercusión clínica y que obligan a una interpretación en estrecha colaboración con el médico clínico. La introducción de la fibra óptica revolucionó la capacidad del médico para explorar ese tubo que constituye el eje de morfogénesis del organismo animal que al confrontarse con la estructura externa del organismo, limita el dominio parenteral. El tubo digestivo bajo, permite, debido a su estructura, una exploración mejor y menos traumática que la que se logra en el tubo digestivo alto. La exploración armada de esófago y estómago semejaba una suerte circense mientras que la rectoscopia y sigmoidoscopia eran factibles y razonablemente tolerables. También en este territorio, la fibroscopia expandió espectacularmente el territorio explorable. El endoscopista puede explorar toda la extensión del colon y llegar al ileon terminal. Sin embargo, queda un amplio segmento oscuro, inalcanzable a la endoscopia: la porción terminal del duodeno, todo el yeyuno y buen parte del ileon. La biopsia de esta región, que se hacía a ciegas mediante procedimientos no endoscópicos, ha caído en desuso ya que la patología de la mala absorción, indicación principal de la biopsia de esta región, se puede diagnosticar en buena parte con la biopsia de duodeno.

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2010-04-21   |   1,838 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 31 Núm.2. Marzo-Abril 2010 Pags. 75-77 Acta Pediatr Méx 2010; 31(2)