Fragmento

En un reciente artículo, el profesor Alarcón analiza los diferentes conceptos y usos de la epidemiología mencionando las posibilidades de aplicarla para el estudio de los problemas de salud; es decir, las situaciones en las que las personas perciben que algo no está bien en su salud, a la que tratan de buscar solución mediante dietas y/o rezos y/o reposo y/o medicina familiar o tradicional y/o consulta médica, lo cual depende de la accesibilidad de las alternativas y las causas a las que se atribuye el problema. Diferenciar en este panorama abigarrado de las personas con problemas de salud, las enfermedades, es una tarea incesante en la investigación y práctica de la medicina. Alrededor de seis mil enfermedades han sido descriptas, algunas ya desechadas, otras muy raras. La atención de esta demanda suele ser muy decepcionante para el médico novel. Muy pocos pacientes tienen una enfermedad de las que le enseñaron en la Facultad de Medicina, por lo que hacer diagnósticos es improbable. Los consultantes llegan con dolores varios u otros síntomas inespecíficos frente a los cuales el médico ensaya diagnósticos diferenciales sin éxito. Alguien dice estar angustiado por problemas laborales o familiares o problemas del cuidado de los niños. Finalmente, se apelará a colocar el nombre médico del síntoma o síndrome dominante (cefalea, artralgias, EDA, IRA) como diagnóstico y, de contarse con acceso a medios complementarios, solicitar una rutina para ver si aparece alguna pista. Excepto la hipertensión, la diabetes y la depresión, las demás enfermedades son raras en la demanda general y de muchas de ellas el médico no verá un solo caso en toda su vida. El especialista, que recibe una demanda seleccionada, está en una situación más confortable.

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2010-06-10   |   941 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 14 Núm.1. Abril 2010 Pags. Rev per epidemiol 2010; 14(1)