Maltrato Infantil

Fragmento

Corresponde a toda la sociedad en general conocer, evitar y arremeter contra el maltrato infantil en todas sus expresiones y manifestaciones. Como se trata de un fenómeno social y mundial, cuya principal causa subyace en la sociedad y es provocada por la misma, es al ser humano a quien incumbe (lo siguiente es muy fácil escribir, pero muy difícil realizar) crear los mecanismos para su total erradicación, ya que sus consecuencias y efectos son tan intensos y demoledores sobre el ser humano que pueden, en muchos casos, ser irreversibles en las víctimas infantiles, vale decir, en el futuro de la humanidad. No se trata de una enfermedad provocada por virus, pobreza, opulencia o bacterias perni-ciosas; se trata de una perturbación de la sociedad, cuya antigüedad se remonta a los orígenes de la misma humanidad. A través de todas las épocas, los individuos civilizados han encontrado justificación para agredir físicamente o matar a los niños o niñas: se les ha inmolado para atraer, cautivar o aplacar a los dioses (culturas antiguas), se les ha asesinado con fines políticos (la matanza de los niños inocentes decretada por Herodes) o con fines de “planificar la familia” (antiguos romanos y chinos) o “purificar la raza”(nazismo hitleriano). En la época actual, el infanticidio encuentra justificación por “no pagar la cuota alimentaria” (niña de cuatro años degollada en Santander-Colombia por su padre, en 2007) o porque “el niño lloraba” (bebé de onces meses ahogado por sus padres en una alberca, en Bogotá en 2005), o bien por secuestro, como en el caso, mundialmente conocido, del bebé de 11 meses Luis Santiago Lozano, asesinado por su padre en Chía-Colombia en 2008. Ahora bien, no solo la muerte puede ser la consecuencia del maltrato infantil; cuando los niños sufren maltrato físico, social, sexual, emocional o por negligencia, entre muchos otros, los efectos a mediano o largo plazo pueden ser orgánicos y psicológicos traducidos en incapacidades o discapacidades físicas o mentales.

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2010-07-28   |   853 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 10 Núm.1. Junio 2010 Pags. 7-8 Arch Med Manizales 2010; 10(1)