Gestión clínica en cirugía.

Desafíos para Directores de Departamento y Jefes de Servicio 

Autor: Csendes J Attila

Fragmento

La actividad quirúrgica, al igual que otras especialidades, ha sufrido un profundo cambio en las últimas dos décadas. Hasta hace poco, el cirujano estaba interesado y dedicado exclusivamente a la atención profesional del paciente, sin considerar ningún factor económico que pudiera influir en las decisiones. En la formación del médico en las Facultades, se enseña mucha anatomía fisiología, patología médica o quirúrgica, se insiste en la necesidad de pensar constantemente en el bienestar del paciente, pero no se enseña en ninguna parte la organización de un servicio clínico, la implementación de la eficiencia en el quehacer médico y menos en la necesidad de cuidar cada vez más el aspecto económico que involucra nuestra actividad. Este verdadero divorcio entre la actividad clínica y la administrativa tiene funestas consecuencias, en especial en Hospitales que tengan una importante o total dedicación a la academia. En Chile existen solo 3 hospitales universitarios, mientras que un gran número de Hospitales Ministeriales tienen convenio con diferentes Universidades. Si este divorcio persiste y los cirujanos que acceden a puestos directivos no se involucran en el proceso administrativo, pueden ocurrir algunos hechos con serias consecuencias: a) Para la mayoría de los administradores de Hospital, la investigación clínica no es prioritaria, ya que solo produce gasto del sistema financiero. En la actualidad las decisiones quirúrgicas se toman basadas en las evidencias científicas y si no hay investigación, no hay progreso quirúrgico. b) La docencia pierde su trascendencia, ya que esta actividad académica también es vista como una carga económica. c) Se pierde el contacto humano y personalizado, ya que desde el punto de vista administrativo los pacientes son solo “clientes”. d) El manejo exclusivamente administrativo de un Centro Hospitalario logra paulatinamente eliminar la discusión o el disentimiento, no se tolera la discrepancia y se termina en decisiones unipersonales que no siempre son adecuadas.

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2010-10-28   |   654 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 62 Núm.5. Septiembre-Octubre 2010 Pags. 437-438 Rev Chil Cir 2010; 62(5)