Autor: Carballo Junco José Antonio
La histología y la histoquímica enseñan que en este tejido existe fundamentalmente, y casi en su totalidad, una estructura de cristales de hidroxiapatita orientada de tal forma que, a gran aumento, ofrece una imagen de prismas o varillas con forma de “ojo de cerradura”, por lo menos en el caso de los dientes permanentes. Esos cristales son de naturaleza iónica, ya que la mencionada hidroxiapatita es un compuesto de iones fosfato y calcio junto con un grupo hidroxilos, lo que permite considerarla como un fosfato de calcio hidratado. Las uniones iónicas denotan un sólido con elevada energía superficial. Por lo tanto, debe atraer hacia sí un líquido como el de las resinas, situación considerablemente favorable desde el punto de vista del objetivo en la técnica operatoria. Sin embargo, la superficie, tal como la ofrece un paciente, no se presenta exactamente en esas condiciones. Está contaminada con iones incorporados del medio bucal (carbonados, fluoruros, etc.) y, además, está recubierta con una película orgánica que rápido se deposita sobre el esmalte expuesto. Todo ello enmascara o interfiere con la manifestación de la energía superficial del esmalte. La conclusión es que no es posible colocar resina (líquido orgánico más sólido en polvo) sobre esa superficie dentaria y lograr un contacto correcto entre ambos. El odontólogo debe recurrir a algo que le permita limpiar el esmalte y prepararlo para recibir una resina cuando ésta sea el material restaurador seleccionado. Primero, esa limpieza debe ser mecánica para remover la película orgánica (uso de abrasivos en polvo o piedras) y fuego química, para eliminar la capa de esmalte contaminada. Es posible realizar la limpieza química con una solución ácida, ya que el esmalte es básicamente un cristal iónico de fosfato de calcio. Los iones hidrógenos que contiene son capaces de disolver la hidroxiapatita de la superficie adamantina y dejar expuesto un esmalte limpio y con la energía superficial alta como para atraer a la resina. La solución ácida que se utilizará debe tener suficiente actividad para ejercer su acción en un lapso lo más breve para que sea compatible con el trabajo clínico. Al mismo tiempo debe poder ser controlada su acción para no dañar en forma exagerada la estructura dentaria. Entre las distintas posibilidades, una solución acuosa de ácido fosfórico ha demostrado ser conveniente.
2010-11-03 | 2,908 visitas | 3 valoraciones
Vol. 4 Núm.47. Junio 2008 Pags. Odont Moder 2008; 4(47)