Lesiones contusas de intestino delgado.

Un problema diagnóstico 

Autores: Quiñones Alejandro, Basilio Olivares Alberto, Delgadillo Gutiérrez Sergio

Resumen

Las lesiones del intestino delgado pueden ser particularmente difíciles de diagnosticar debido a que los estudios diagnósticos actuales presentan limitantes. La radiografía simple de abdomen es un estudio con sensibilidad muy baja. Presenta altos falsos negativos, no se considera un estudio ideal para el diagnóstico de lesiones de intestino delgado. El lavado peritoneal diagnóstico es un estudio rápido con alta sensibilidad y especificidad. A pesar de ser seguro, costo bajo, y los resultados se pueden interpretar fácilmente, no deja de ser invasivo, no especifica el órgano afectado o lesiones retroperitoneales, su uso está comenzando a declinar. La tomografía computada ha sido muy efectiva para detectar lesiones de órgano sólido, hemoperitoneo, o lesiones de retroperitoneo, pero inefectivo para diagnosticar lesiones diafragmáticas, pancreáticas, y lesiones de intestino delgado. Actualmente es el estudio diagnóstico más utilizado en pacientes hemodinámicamente estables. La tomografía computada de cortes múltiples es una opción útil, ya que se pueden realizar imágenes en menor tiempo, y resultan mejores detalles y capacidad diagnóstica. Ultrasonido abdominal o FAST, es considerado el estudio de elección para pacientes hemodinámicamente inestables, pero no está claro el papel que juega. Tiene la limitante de no poder definir lesiones de retroperitoneo; es no invasivo, detecta líquido libre rápidamente, y no presenta complicaciones. La utilidad de la laparoscopia diagnóstica es un área en desarrollo. La centellografía tiene una utilidad importante para excluir lesiones de víscera hueca, aunque su uso es limitado, ya que se deben seleccionar muy bien los pacientes.

Palabras clave: Lesiones intestino delgado trauma contuso abdomen diagnóstico.

2010-11-05   |   984 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 7 Núm.3. Septiembre-Diciembre 2004 Pags. 89-96 TRAUMA 2004; 7(3)