Editorial

Autor: Basilio Olivares Alberto

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La medicina de hoy exige aseguramiento de la calidad. Se han establecido programas a nivel nacional de mejora en la atención de la salud, lo que demanda de los médicos preparación continua y acreditaciones que avalen su competencia. Se ha trabajado en establecer parámetros, según el nivel de atención, para que el paciente sea tratado de forma eficaz de acuerdo con los recursos disponibles. El trauma no se ha mantenido ajeno a esta cascada educativa. Hace poco más de quince años que se imparte en México el prestigiado curso ATLS (Advanced Trauma Life Support) del Colegio Americano de Cirujanos; quince años también cumplirá nuestra querida Asociación Mexicana de Medicina y Cirugía del Trauma, la cual se ha dedicado a difundir los conocimientos y experiencias sobre la atención global del trauma, gracias a que en sus filas se encuentran expertos que han dedicado su carrera a atender pacientes lesionados. Pero aun cuando recientemente se han establecido filiales estatales de nuestra asociación, aun cuando estamos por tener el primer presidente nacional proveniente de una filial estatal, estamos lejos del objetivo. Sin embargo, hace poco más de un año, a México ha llegado un proyecto internacional diseñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamado Atención esencial de trauma, que propone los requerimientos de insumos y conocimientos para la atención de trauma, dependiendo del sitio donde sea atendido el paciente. Algunas universidades se han preocupado por iniciar diplomados y cursos sobre la atención del paciente traumatizado, sin embargo el esfuerzo a nivel nacional no es homogéneo. Creo que debemos trabajar más en asegurar la Calidad, en la atención de la patología que está dentro de las cuatro primeras causas de muerte a nivel mundial, y la primera en la tercera década de la vida. Hace algunos días fuimos convocados a una reunión nacional, en el estado de Guanajuato, donde coincidieron expertos de distintos estados, para tratar de establecer las necesidades para la atención esencial de trauma en el territorio mexicano. Fue una oportunidad invaluable, ya que fuimos respaldados por instituciones como la Secretaría de Salud, la OMS y la OPS (Organización Panamericana de la Salud). Consideramos que también fue una gran oportunidad para integrar equipos y conjuntar esfuerzos en una dirección, la de capacitar al personal médico y paramédico y disminuir la mortalidad por trauma. La adaptación a México de la atención esencial de trauma aún está siendo revisada. Al estar lista, tendremos la distinción de publicarla, para iniciar su difusión a nivel nacional. Dr. Alberto Basilio Editor

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2010-11-05   |   698 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 7 Núm.2. Mayo-Agosto 2004 Pags. 46 TRAUMA 2004; 7(2)