Autor: Carballo Junco José Antonio
Es la reducción de la flora bacteriana bucal generalmente acantonada en cavidades abiertas u otros nichos ecológicos tales como surcos profundos o obturaciones excedidas o desbordantes, la cual puede reinfectar nuevas superficies dentarias. Su inactivación se logra eliminando la caries de las capas superficiales de las cavidades dentales y restaurándolas con ionómero de vidrio o un material intermedio (óxido de cinc y eugenol mejorado). Este recurso disminuye la infección de la boca a niveles aceptables y, por lo tanto, es aplicable en todos los pacientes, en especial en aquellos con gran actividad de la enfermedad. Representa una acción odontológica en sà misma, ya que cumple objetivos especÃficos y diferentes de la restauración. Por otro lado, un moderno cuidado restaurativo de las caries se basa sobre la intervención mÃnima y rápida intercepción del proceso carioso mediante la prevención. Desde la perspectiva anatomopatológica, cabe señalar que luego de formarse la lesión no cavitada del esmalte, su avance está guiado por los elementos estructurales que constituyen un cono de base externa en las superficies lisas y uno de base interna en las fisuras. Al llegar al lÃmite amelodentinario, se extiende pronto y se observa flora acidógena y acidúrica (Streptococcus y Lactobacillus) y flora proteolÃtica, la que acata a los componentes orgánicos de la dentina. En la lesión dentinaria, según Fusayama, se pueden identificar cuatro zonas, que desde la lÃnea de unión amelodentinaria hacia la profundidad son las siguientes: 1. Zona de dentina desorganizada 2. Zona de dentina infectada 3. Zona de dentina desmineralizada 4. Zona de dentina esclerótica
2010-11-29 | 1,670 visitas | 9 valoraciones
Vol. 4 Núm.37. Agosto 2007 Pags. Odont Moder 2007; 4(37)