Resumen

Introducción: La fístula faringocutánea se detecta clínicamente por la aparición de saliva simultáneamente con la deglución. Es muy frecuente en el posoperatorio de las laringectomías totales, y puede aparecer espontáneamente por dehiscencia de la sutura faríngea a causa de los movimientos deglutorios del paciente, o bien puede acompañar a una infección o necrosis. Métodos: Se realizó un estudio ambispectivo, descriptivo, sobre el comportamiento de las fístulas faringocutáneas en el Servicio de Cirugía Oncológica Cervicofacial de Hospital Universitario «Vladimir Ilich Lenin», en Holguín. El universo de estudio estuvo constituido por todos los pacientes operados con laringectomía total en el período del 2003 al 2008. Fueron 158 pacientes en total y a todos se les realizó el cierre manual de la hipofaringe. Resultados: Las fístulas estuvieron presentes en el 5,6 % de los casos. El 77,7 % de los pacientes habían recibido radioterapia antes de la operación y el 66,4 % de éstos tenían traqueostomías en el momento de la intervención quirúrgica. En todos los pacientes con faringostoma se encontró sepsis posquirúrgica y la alimentación oral se comenzó entre los días 10 y 12 en el 88,4 % de los casos. Conclusiones: El amplio predominio de pacientes del sexo masculino está en relación directa con los hábitos tóxicos predominantes en este sexo. La traqueostomía prequirúrgica es aceptada por los cirujanos como factor de riesgo para el desarrollo de la fístula, pero en este estudio no fue significativo. El tiempo de comienzo de la alimentación oral en los pacientes con larigectomías debe oscilar entre los días 10 y 14, nunca antes, pues no existe una cicatrización de la hipofaringe que garantice el paso de los alimentos. Además, de esta forma se evita que aparezcan complicaciones como las fístulas faringocutáneas.

Palabras clave: Fístula faringocutánea faringostoma.

2011-02-10   |   591 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 49 Núm.2. Abril-Junio 2010 Pags. . Rev Cubana Cir 2010; 49(2)