Efecto teratogénico del misoprostol:

un estudio prospectivo en Argentina 

Autores: Barbero Pablo, Liascovich Rosa, Valdez Rita, Moresco Angélica

Resumen

Introducción: El misoprostol se emplea popularmente en la Argentina para intentar la interrupción del embarazo, pero cierta proporción de los embarazos continúa. Asimismo, diferentes informes mostraron asociación entre el misoprostol y defectos congénitos. Objetivos: Estimar el riesgo de anomalías congénitas en niños expuestos prenatalmente al misoprostol y conocer su forma de consumo durante la gestación. Método: Estudio de cohortes que comparó la frecuencia de aborto y de anomalías congénitas mayores en la descendencia de embarazadas expuestas al misoprostol (94) y de un grupo de embarazadas no expuestas (401), ambos grupos consultantes a un servicio de información sobre agentes teratogénicos. Resultados: Entre las mujeres expuestas al misoprostol solo el 8.2% lo compró con receta; el 81.5% se enteró de su efecto abortivo por una amiga, vecina o pariente; la dosis promedio fue 1439 μg; el 77.2% lo usó tanto por vía oral como vaginal; la edad gestacional promedio de consumo fue a los 48.5 días y el 35.2% empleó un agente abortivo adicional. Las mujeres expuestas al misoprostol presentaron una frecuencia significativamente mayor de abortos (expuestas: 17/94= 18.1%; no expuestas; 29/401= 7.2%; RR= 2.27; IC 95%:1.30-3.98), y de descendencia con anomalías congénitas mayores (expuestas: 5/77= 6.49%; no expuestas: 8/372= 2.15%; RR= 3.02; IC 95%:1.02-8.98). Los cinco niños malformados prenatalmente expuestos al misoprostol presentaron: 1) encefalocele y defectos transversales de miembros; 2) porencefalia; 3) malformación pulmonar adenomatosa quística; 4) encefalocele occipital y 5) malrotación intestinal. Conclusiones: El estudio detectó una asociación significativa entre la exposición prenatal a misoprostol y la ocurrencia de anomalías congénitas mayores.

Palabras clave: Anomalías congénitas agentes teratogénicos misoprostol aborto.

2011-06-21   |   3,603 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 109 Núm.3. Mayo-Junio 2011 Pags. 226-231 Arch Argent Pediatr 2011; 109(3)