Editorial

Autor: Zambrano González Mario

Fragmento

El ejercicio de la medicina debiera ser ajeno a su equivalencia económica. La pasada sentencia resulta idealista, irreal y hasta ingenua. Ubica a la actividad médica en un plano casi religioso donde el saber del médico realiza el milagro de la curación en el paciente enfermo. Mucho de esta idea era común en apenas hace algunas décadas y el médico era casi un sacerdote. En el otro extremo tenemos la visión puramente mercantil de la actividad en donde el médico es un profesional capacitado para analizar los datos clínicos y proponer o realizar el manejo que considera más adecuado para el restablecimiento de la salud del paciente, todo esto a cambio de sus emolumentos. La pregunta es cuánto. Se ha tratado mucho al respecto y algunas ideas ubican la cantidad de acuerdo al tiempo invertido por el médico, la capacidad resolutiva de su acción en beneficio del paciente, la magnitud de este beneficio, y por supuesto las variables clásicas del mercado: la oferta y la demanda. Aunque esta visión tiene la enorme virtud de ser veraz en el sentido de reconocer al ejercicio de la medicina como una labor humana con sus aciertos y fallas y con sus limitaciones, su principal tropiezo está en el efecto que la variable económica pueda ejercer en las decisiones de efectuar estudios o tratamientos. De suyo, decidir si realizar un estudio diagnóstico o llevar a cabo un tratamiento, desde la prescripción de una dieta hasta una cirugía, puede ser difícil ya que cada paciente se presenta en formas distintas y la elección de hacer o no hacer y qué hacer se basa en conocimientos previos, experiencias vividas y estadísticas, pero no en certezas. Si a esto le agregamos lo relacionado con costos, las decisiones pueden sesgarse y por tanto equivocarse más a menudo. La variable del dinero puede expresarse en el costo beneficio del estudio o tratamiento, no solo desde el punto de vista de los riesgos que implican sino costo en pesos. Esto se aplica tanto a quien cubre el costo: el propio paciente, alguna compañía de seguros o una institución gubernamental, como a quien recibe: compañías farmacéuticas, organizaciones manejadoras de la salud, hospitales, compañías de equipos médicos y por supuesto los médicos mismos. Desgraciadamente la situación del médico también es una variable.

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2011-10-07   |   452 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 22 Núm.1. Enero-Junio 2008 Pags. 1 Rev. Esc. Med. Dr. J. Sierra 2008; 22(1)