Los productos de Cannabis sativa:

situación actual y perspectivas en medicina 

Autor: Rodríguez Carranza Rodolfo

Resumen

Los productos psicoactivos de la Cannabis sativa, como marihuana y hachís, se han usado desde hace varios siglos con fines medicinales, religiosos y recreativos. Ahora, la marihuana es la droga ilegal de mayor consumo en el mundo, particularmente por adolescentes y adultos jóvenes. La adolescencia es una etapa crítica en el desarrollo y maduración del Sistema Nervioso Central. La marihuana está constituida por un gran número y variedad de substancias químicas que pueden interactuar entre sí. Sus efectos agudos se caracterizan por euforia, relajación e intensificación de las experiencias sensoriales ordinarias. Su consumo crónico induce tolerancia, dependencia, síndrome de carencia, déficit cognitivo y aumenta el riesgo de enfermedades psiquiátricas. El descubrimiento de un sistema cannabinoide endógeno renovó el interés médico por la marihuana y los datos de los últimos 20 años indican que el sistema endocannabinoide regula la función de diversos tipos de sinapsis y juega un papel importante en el desarrollo cerebral extrauterino. Recientemente el interés sobre la marihuana se centró en sus propiedades medicinales y existe un buen número de ensayos clínicos controlados que apoyan su uso en ciertas condiciones médicas; sin embargo, su eficacia y seguridad siguen siendo motivo de controversia. En este artículo se analizan los conocimientos farmacológicos sobre la marihuana, se establecen los riesgos de su consumo, la información sobre sus propiedades medicinales y, con base en la evidencia disponible, se opina contra su legalización. Finalmente, aquí se postula que la marihuana en su forma herbaria, por vía enteral, puede ser de gran valor para mitigar el sufrimiento de pacientes con enfermedad terminal.

Palabras clave: Cannabis sativa marihuana endocannabinoides.

2012-07-13   |   948 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 35 Núm.3. Mayo-Julio 2012 Pags. 247-256 Salud Ment 2012; 35(3)