La calificación de Apgar y el síndrome de neurona motora como secuela a largo plazo en recién nacidos de alto riesgo:

Un seguimiento a 10 años de 400 pacientes 

Autor: Rodríguez Blancas y Herrero María Cristina

Resumen

Introducción: En recién nacidos la calificación de Apgar puede no sólo predecir un desenlace a corto plazo, sino que además tiene el potencial de estimar el riesgo de ciertas secuelas a largo plazo. Objetivo: Describir la asociación de la calificación de Apgar y como secuela el síndrome de neurona motora en recién nacidos con alto riesgo. Métodos: Éste es un estudio longitudinal, analítico, sobre la calificación de Apgar y su asociación con el riesgo de síndrome de neurona motora en 400 recién nacidos de alto riesgo, con un seguimiento clínico a 10 años, del Hospital General de Zona/Unidad de Medicina Familiar No. 8 “Dr. Gilberto Flores Izquierdo”. Resultados: Se estudiaron 400 recién nacidos de alto riesgo: 182 (45.5%) del sexo femenino y 218 (54.5%) del masculino. El síndrome de neurona motora (tanto inferior como superior) ocurrió en 156 (39%) neonatos: en el primer año de vida en 24.4% de los niños con calificación de Apgar de 8-9, 40.4% con Apgar de 5-7 y 35.3% con Apgar 0-4 (p = 0.02). En el segundo año de vida el síndrome de neurona motora ocurrió en 23.4% de los niños con calificación de Apgar de 8-9, 40.6% con Apgar de 5-7 y 35.9% con Apgar 0-4 (p = 0.03). En el cuarto año las frecuencias fueron 12.5, 50 y 37.5%; respectivamente (p = 0-09). Al sexto año de vida, sin embargo, no se encontró el síndrome de neurona motora en ningún niño. Todos los niños se sometieron a neurorehabilitación temprana. Conclusiones: La calificación de Apgar se asocia al riesgo de síndrome de neurona motora superior o inferior a largo plazo. La neuro-rehabilitación oportuna parece tener un efecto determinate en la resolución del déficit motor.

Palabras clave: Apgar motor recién nacido secuela.

2012-10-26   |   3,671 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 13 Núm.5. Septiembre-Octubre 2012 Pags. 267-270 Rev Mex Neuroci 2012; 13(5)