La creciente medicalización de la vida:

¿somos los médicos conscientes de los perjuicios que produce? 

Autor: Ceriani Cernadas José María

Fragmento

La medicalización de la vida y la muerte no es reciente y en occidente probablemente comenzó a fines del siglo XVIII junto al desarrollo de la ciencia que emergía, siguió en el siglo XIX y notoriamente en el XX. Sin embargo, es en los últimos 50 años que fue intensificándose cada vez más y lo alarmante es que no hay indicios de que su crecimiento esté menguando y ni que muestre tendencia a disminuir. No obstante, hay médicos y otros profesionales de la salud, como así también de otras disciplinas, en especial las Ciencias Sociales, que manifiestan una gran preocupación por el alcance que tiene este proceso y los perniciosos efectos que produce, tanto en la vida de las personas como en la misma profesión médica. En estas líneas trataré de enfatizar por qué este fenómeno de ninguna manera es inocuo, y, asimismo, señalar que es imprescindible para nosotros los médicos reflexionar sobre él, ya que sin duda se aparta de las metas de la medicina y de los principios morales y éticos de nuestra profesión. ¿Cómo definimos la medicalización? La respuesta no es fácil ni hay una sola definición que incluya todas sus facetas y describir detalladamente su gran complejidad. En forma simple, sería la expansión de la medicina más allá de su campo tradicional y su presencia en múltiples aspectos en la vida de la gente, que hasta hace unos años no se consideraban dentro de la índole médica. Es así que leves y ocasionales molestias se transforman en enfermedades y lo mismo sucede con diversos procesos, entre otros: vejez, infelicidad, soledad, tristeza, desamparo, aislamiento, desempleo, etc., que ingresan en la esfera médica. Cualquier trastorno puede considerarse una enfermedad y de esa manera en la práctica de la medicina aumentan los médicos que suponen que los pacientes sanos son “enfermos mal estudiados”, lo cual incrementa marcadamente el mercantilismo mediante el uso excesivo de medicamentos y solicitud de estudios.

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2012-12-10   |   616 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 110 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2012 Pags. 459-461 Arch Argent Pediatr 2012; 110(6)