Resumen

Introducción: En Cirugía Pediátrica existen condiciones quirúrgicas/traumáticas que pueden crear grandes heridas, siendo éstas de cierre difícil, requiriendo de tecnologías como la Terapia de Presión Negativa (TPN) para un cierre asistido de las mismas. El objetivo de este estudio es presentar nuestra experiencia en el tratamiento de heridas con TPN en niños. Material y métodos: De forma prospectiva, de febrero del 2011 a octubre del 2012 se incluyeron los niños menores de 15 años de edad que requirieron el uso de TPN para el cierre de heridas, recolectándose datos como causa, localización y tamaño de la herida, la duración de aplicación de la TPN, tiempo de inicio de granulación de la herida, complicaciones y el mecanismo de cierre final de la herida. Resultados: Un total de seis pacientes recibieron TPN, con un rango de edad de 3–14 años, la causa de las heridas fueron postquirúrgicas (3 pacientes) y secundarias a trauma (3 pacientes). El tiempo promedio de aplicación de TPN fue de 10 días (rango 7-45 días), con aparición de tejido de granulación a los 7 días en promedio (rango 4-10 días). No se observaron complicaciones significativas. Se logró el cierre definitivo de las heridas, por mecanismo de segunda intención en los pacientes postquirúrgicos, y con colocación de injerto de piel en los postraumáticos, con un intervalo entre el inicio de la TPN y la colocación del injerto de 18 días en promedio (rango 13-24 días). Conclusiones: La TPN para el cierre de las heridas postquirúrgicas y/o traumáticas en niños nos ofreció una alta calidad de resultados con recubrimiento del defecto con tejido de granulación robusto y vascularizado, que nos permitió el cierre de segunda intención en las primeras, y la colocación de injertos de piel de espesor parcial, con buena integración de los mismos, en las segundas.

Palabras clave: Heridas injerto de piel presión negativa tejido de granulación.

2013-01-24   |   758 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 4 Núm.2. Noviembre-Enero 2013 Pags. 97-104 Rev Med MD 2013; 4(2)