Fragmento

Continúa la preocupación de la comunidad médica y radiológica por las altas dosis de radiación que recibe la población como consecuencia de las imágenes diagnósticas, en particular de la tomografía computarizada. Esto, por supuesto, es un punto crítico si se piensa en la población infantil, la más vulnerable, en la cual las dosis de radiación realmente son mayores si las calculamos de acuerdo con la edad y con la masa corporal. Si se comparan las dosis que se producen con el empleo de la radiografía convencional con aquellas generadas por la tomografía computarizada, las primeras son significativa-mente menores. Por lo tanto, existe una tendencia a volver a utilizar la radiografía convencional como método de diagnóstico, ya sea único o en combinación con la ecografía o la resonancia magnética para evitar al máximo el uso de la tomografía computarizada. Es así como podríamos decir que resurgen las solicitudes de radiografías simples para el diagnóstico en áreas específicas como cara y cuello, tórax y osteoarticular. Estas imá-genes pueden las únicas y no solo la primera aproximación en el diagnóstico o la confir-mación de sinusitis, en el trauma facial, en el crup laríngeo, en enfermedades pulmonares infecciosas agudas, en la búsqueda de nódulos pulmonares y, en general, en el diagnóstico ortopédico, tanto en lesiones traumáticas, como para la evaluación inicial de masas óseas y de las artritis.

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2013-05-14   |   373 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 23 Núm.4. Diciembre 2012 Pags. 3571-3572 Rev Colom Radiol 2012; 23(4)