Complicaciones infecciosas en el período inmediato precoz postrasplante de progenitores hematopoyéticos

Autores: Moya Pérez Isbel, Muñio Perurena Jorge, Carnot Uría José, Rodríguez Fraga Yusaima, Chávez Medina Reysel, Rodríguez Rodríguez Carmen Rosa

Resumen

Se realizó un estudio retrospectivo-descriptivo en el Servicio de Hematología del Hospital Clinicoquirúrgico “Hermanos Ameijeiras” desde enero de 1985 hasta diciembre de 2008, para determinar las complicaciones infecciosas en pacientes sometidos a trasplante de progenitores hematopoyéticos en el período precoz postrasplante (0-30 d). De los 179 trasplantes realizados, 127 fueron autólogos, 45 alogénicos y 7 “mini-trasplantes”. Las principales indicaciones fueron linfomas no Hodgkin, en 54 pacientes (30.2%), leucemias agudas no linfoblásticas, en 53 (29.6%) y linfomas de Hodgkin, en 26 (14.5%). El esquema de acondicionamiento usado mayoritariamente fue ciclofosfamida, con etopósido o sin él, + irradiación corporal total. Se detectaron complicaciones infecciosas en 176 de los trasplantes realizados (98.3%), su aparición fue entre los días 4 y 7 después del trasplante y se relacionó con un conteo promedio de leucocitos menor de 500 x 109 /L y un conteo absoluto de neutrófilos menor de 100 x mm3. La forma clínica de presentación más frecuente fue la bacteriemia seguida de infecciones de piel y mucosas. Los gérmenes aislados con mayor frecuencia fueron el estafilococo coagulasa negativo, el género Candida y la Pseudomona aeruginosa. La antibioticoterapia empírica utilizada fue cefalosporina de tercera generación + aminoglucósido + vancomicina. La mortalidad general fue 8.9% (16/179), la sepsis fue la causa directa del fallecimiento en 7 casos (43.7%) con mayor incidencia en los trasplantes alogénicos, y las bacterias gramnegativas, las mayormente implicadas.

Palabras clave: Trasplante de progenitores hematopoyéticos complicaciones infecciosas linfomas leucemias.

2013-06-12   |   440 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 51 Núm.4. Octubre-Diciembre 2012 Pags. 291-301 Rev Cubana Med 2012; 51(4)