Autor: Solórzano Santos Fortino
El tracoma está englobado dentro de las enfermedades “olvidadas” o poco atendidas. Suele afectar a las poblaciones de las zonas rurales, pobres y con mala higiene ambiental. Es una infección de la conjuntiva causada por algunos serovares (A a la C) del Chlamydia trachomatis, y se la considera la infección ocular más común que puede causar ceguera, en diversos países del mundo. El tracoma ha traído sufrimiento físico y la devastación económica de decenas de millones de personas, la mayoría mujeres y niños de los países más pobres. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2011, estimó que existen alrededor 325 millones de personas infectadas en el mundo y, de ellas, 8 millones tienen discapacidad visual a consecuencia de esta enfermedad. El tracoma se transmite por contacto directo con la persona infectada, contacto directo con secreciones nasales, o a través de ciertas moscas que llegan a alimentarse de las secreciones de personas infectadas. La infección ocular por Chlamydia produce una inflamación crónica de la conjuntiva, caracterizada por foliculitis y papilitis que, desafortunadamente, en algunos pacientes es poco sintomática. Los niños pueden experimentar episodios repetidos de la infección, por los cuales se puede presentar un entropión, las pestañas lesionan la córnea, causan opacificación y, finalmente, cicatrizan. Aunque algunos autores se inclinan por el daño mecánico a la conjuntiva, existen distintas evidencias de estudios de inmunopatología que sugieren la participación de diversos mediadores de la inflamación que pueden coadyuvar al daño. Sin embargo, los estudios no son concluyentes. Estos eventos suelen presentarse a lo largo de varios años de evolución. La respuesta inmune a la infección, así como la patogénesis de la enfermedad, están poco esclarecidas, y queda todavía sin responder por qué no todas las personas expuestas e infectadas desarrollan finalmente la enfermedad. Los factores de riesgo mejor identificados incluyen: la pobre higiene facial, sin adecuado lavado de las secreciones oculares y nasales, hacinamiento, y la presencia de moscas que actúan como vectores. Con base en los factores de riesgo, la OMS ha implementado la estrategia SAFE (Surgery, Antibiotics, Facial cleanliness, Environmental improvement) para buscar la erradicación de este mal. En América Latina se consideran tres regiones endémicas: México, Guatemala y Brasil. México ha creado diferentes campañas con el fin de erradicar la enfermedad. No obstante, los resultados están aún pendientes, aunque parecen exitosos. En Guatemala, se encuentran en fase de estudios epidemiológicos, y se considera que Brasil es el país con el mayor número de casos activos.
2013-06-14 | 658 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 33 Núm.2. Abril-Junio 2013 Pags. 53 Enf Inf Microbiol 2013; 33(2)