Filosofar para vivir y vivir para filosofar

Autor: Karchmer Krivitzky Samuel

Fragmento

En la vida diaria nos encontramos a menudo ante el escepticismo de quienes no quieren o no pueden, o ambas cosas a la vez, alzar su mirada y centrar su atención en temas que vayan un poco más allá de su día a día. ¿Por qué? Tal vez porque no tienen tiempo para pensar, planificar, experimentar, valorar. Sólo se ocupan de actuar y más vale que «bien». O quizá se les exigen resultados a toda costa, ésta será la medida de su éxito o de su fracaso. Filosofar, teorizar, soñar está muy bien para quien se puede permitir el lujo de hacerlo, sin jugarse nada con ello. Ver la realidad de cerca obliga a cambiar la visión de los acontecimientos. Frente a estos argumentos me propongo defender la opción de los que defienden que no hay nada más práctico que una buena «filosofía», y que es tan difícil quizá, más que predicar, poner en práctica lo que se predica.

Palabras clave:

2014-01-14   |   271 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 22 Núm.4. Julio-Agosto 2013 Pags. 101-103 Psiquis 2013; 22(4)