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precursores y forjadores de la salud pública cubana Dr. Juan Guiteras Gener (1852-1925) 

Autor: Delgado García Gregorio

Fragmento

La organización de la salud pública en Cuba al llegar al final del período colonial español quedaba completamente destruida como consecuencia de la última de nuestras guerras independentistas del siglo XIX y comenzaba una etapa de ocupación militar de los Estados Unidos de Norteamérica como preámbulo al segundo período de nuestra historia o de república liberal burguesa. Durante los años de ocupación norteamericana y algo más del primer tercio del período republicano burgués, la sanidad cubana tendría un vigoroso despertar y desempeñaría quizá el único papel beneficioso a nuestro país en esos años crepusculares de la nacionalidad cubana. La personalidad más representativa de la salud pública de la época en la isla lo es indiscutiblemente el doctor Juan Guiteras Gener junto a Carlos J. Finlay Barrés, las 2 más eminentes figuras de la medicina cubana de todos los tiempos. Nacido en Matanzas el 4 de enero de 1852, en el seno de una familia de forjado res de la nacionalidad y la cultura cubanas,1 por el forzado exilio político familiar tuvo que realizar sus estudios en los Estados Unidos, donde se graduó en la Universidad de Pennsylvania en 1873, de doctor en medicina, con una original y brillante tesis, "Influencia de la actividad funcional en el desarrollo del esqueleto", que le ganó el premio mayor de la Facultad de Medicina. En años posteriores realizó un largo período de especialización en anatomía patológica y bacteriología en Alemania junto a Robert Koch, Paul Eslich, Rudolph Virchow, Karl Weigert, Shibasaburo Kitasato, Richard Pfeifer y otros. Muchos años más tarde realizó también estudios de especialización en la Escuela de Medicina Tropical de Londres. Por sus múltiples viajes y afán de saber llegó a dominar los idiomas inglés, francés, alemán, portugués y latín.

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2004-06-29   |   832 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 21 Núm.2. Julio-Diciembre 1995 Pags. Rev Cubana Salud Pública 1995; 21(2)