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Autor: Núñez Orozco Lilia

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Estimados amigos: En este número encontrarán varias publicaciones dedicadas a la Psiquiatría, empezando por el Editorial, en la que se hace una reflexión de lo que es la salud mental y las características del desarrollo de los individuos en la edad adulta. Sirva esta Editorial como carta de presentación del Dr. Mario Souza, quien es constante colaborador de la revista y autor del libro que en esta oportunidad reseñamos. A pesar del retraso, consideramos ineludible incluir una pequeña reseña del Examen del Consejo Mexicano de Neurología y la lista de recertificados y certificados de 2007, nuevos miembros activos de nuestra Academia Mexicana de Neurología. En un evento científico, recién me presentaron a un neurólogo con pocos años de haber egresado, a quien le pregunté si recibía la revista; dijo que no, y al preguntarle si acudía a la Academia dijo nunca haber sido invitado ni estar afiliado. Esta situación parece ser más frecuente de lo que quisiéramos, porque la mayoría de los nuevos neurólogos una vez concluida su residencia y presentado su examen de Certificación se colocan en alguna institución, ponen su consultorio y no se vuelven a acordar que al término de su examen se les da la bienvenida a la Academia Mexicana de Neurología como miembros activos. Considero que este alejamiento prematuro o más bien falta de acercamiento a nuestra Academia, podría evitarse si los profesores de las sedes formadoras les animan a asistir –por lo menos durante su último año de residencia– a la Reunión Anual de la Academia Mexicana de Neurología, para que empiecen a identificarse con la comunidad neurológica del país e integrarse a ella. Cuando se inscriben al examen de certificación se les solicita un domicilio para correspondencia, sin embargo, muchos de ellos aunque están a punto de salir unos días después y ni siquiera saben en qué localidad del país van a trabajar, ponen como su domicilio el de su sede formadora. De esta forma están condenados a no saber nada de la Academia, pues jamás recibirán la revista, y si tampoco dejan su correo electrónico, nunca recibirán los avisos que en su mayoría son enviados por ese medio. Desafortunadamente la consecuencia es para ellos mismos, pues no sabrán oportunamente de las actividades académicas a las que necesitan acudir para poder recertificarse por puntos curriculares y cinco años después estarán tratando de hacerlo y quizá no lo logren. Esperamos que este nuevo grupo de neurólogos y neuropediatras que recién se han certificado, no se encuentren en este caso y lean este número donde aparecerán sus nombres en su calidad de nuevos miembros de nuestra comunidad, en el cual les damos nuevamente la más cordial bienvenida. Dra. Lilia Núñez Orozco Editora en Jefe

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2007-08-03   |   818 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 8 Núm.3. Mayo-Junio 2007 Pags. 217 Rev Mex Neuroci 2007; 8(3)