Fragmento

Aunque los médicos algunos de ellos cirujanos operaron en forma forzada heridas de cráneo e intercraneales sobre todo en los conflictos bélicos no fue hasta la mitad del siglo XX que se establecieron servicios de neurocirugía en forma similar a lo que había sucedido en Europa y en Estados Unidos de Norteamérica ocupando algunas camas en los servicios de cirugía general y tratando de establecer en ellos normas específicas de cuidado en el pre y posoperatorio de los enfermos. En el Hospital Juárez contribuyeron los docto-res Aceves Zubieta y su hijo Aceves Moctezuma, Joaquín Mass Patiño y después Manuel Velasco Suárez que logró que la sala fuese exclusiva y tuviese un neurorradiólogo Jesús Rodríguez Carvajal, un electroencefalografista y residentes exclusivos. Esto fue la base de lo que después sería el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, el primer residente el doctor Francisco Chong y médico de base el doctor Francisco Escobedo. En el Hospital General los doctores Clemente Robles y Ramón del Cueto y el neurólogo Roberto Gamboa hicieron del pabellón 7 un centro de neurología y neurocirugía con grandes decisiones en el tratamiento de la cisticercosis que los cirujanos pensaban debía ser quirúrgico y los neurólogos con esteroides. En 1958, se trasladaron a otra parte del Hospital que se llamó Unidad de Neurología y Neurocirugía y allí se sumaron otros cirujanos José Humberto Mateos, Carlos Solís Durán, Edmundo Reyes Armijo, Genaro Zenteno y neurólogos Luis Lombardo, Carrasco Zanin un neurorradiólogo Jaime Dorfsman, un electroencefalografista Manuel Irigoyen, neuro-otólogo Jorge Cervera y neuro-oftalmólogo Manuel Sáenz de Viteri.

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2008-07-16   |   3,533 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 12 Núm.4. Octubre-Diciembre 2007 Pags. 252-253 Arch Neurocien Mex 2007; 12(4)