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La vida en común que tenemos con microorganismos como virus, bacterias y hongos puede ser de pacífica convivencia o puede tener graves y mortales consecuencias como son las enfermedades infecciosas. No está precisado qué hace qué estos compañeros de vida como es la escheriquia coli que nos permite comer ensaladas se torne en nuestro enemigo y nos cause la muerte. Por otro lado, la tremenda adaptabilidad de los microbios que se reproducen cada media hora los hace tremendos enemigos puesto que pueden desarrollar resistencia a los antibióticos con facilidad y rapidez. Por esta razón los antibióticos que nos habían dado una sensación de seguridad están siendo cada vez menos eficientes por la resistencia que las bacterias han desarrollado y últimamente la vancomicina parece ser nuestra única arma en esta lucha desigual. Preocupados por esta situación la WHO Organización Mundial de la Salud ha pedido una reorganización de las medidas de protección sobretodo en los medios hospitalarios. Volveremos así a la higiene que preconiza Lister, lavado de manos después de ver a cada enfermo y no confiar en la bata blanca ni en la corbata que pueden ser portadores de microbios por el mal uso que se hace de la bata blanca. En la sala de operaciones el uso adecuado del cubrebocas, no tener tránsito dentro del quirófano, no hablar demasiado durante el acto quirúrgico y hacer limpieza cuidadosa de pisos, paredes y muebles. El aumento de la mortalidad por infecciones causadas por la falta de cuidados higiénicos preocupa a la comunidad médica mundial y al parecer el agua y el jabón vuelven a ser de primordial importancia como lo es el lavado de manos después de examinar a un paciente y antes de ver al siguiente. Parecería una paradoja que los adelantos farmacológicos tengan que ser sustituidos por éstas medidas pero esta es la conclusión de los recientes estudios, por lo tanto todos tenemos obligación de seguirlos estrictamente. Dr. Humberto Mateos-Gómez Editor

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2010-05-18   |   862 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 14 Núm.1. Enero-Marzo 2009 Pags. 1 Arch Neurocien Mex 2009; 14(1)