Rincón del internista

Autor: Ramiro Hernández Manuel

Fragmento

Julia Navarro. Dime quién soy. Plaza y Janes. Barcelona. 2010. Hace unos días (7 de agosto de 2010) apareció en el periódico El País, en una de sus secciones culturales (Babelia), una serie sobre la novela histórica (NOVELA E HISTORIA una relación difícil). En uno de los artículos (Los juglares y la historia, de Gisbert Haefs) el autor tomando, debidamente o no, la voz de muchos pide clemencia y entendimiento a los historiadores para el género literario. En otro (Una cantera inagotable de ficción de Fietta Jarque) un historiador acepta que la novela puede ser otra forma de contar la historia y algún otro considera que la historia es una disciplina demasiado difícil y seria para intentar difundirla de manera novelada. Quedan los diferentes argumentos para que los lectores tomen posiciones. Desde luego habría que empezar porque el género literario, la novela, siempre es histórica, primero porque aunque narre la actualidad más intensa, para cuando la obra aparece, esa actualidad ha pasado y cuenta una historia aunque ésta sea reciente. La novela para ser creíble tiene que establecerse en el momento en que se desarrolla y por tanto ese momento debe ser natural y cierto, aunque la trama y los personajes sean ficticios, sin embargo, estos últimos en las grandes novelas nunca lo son totalmente. Umberto Ecco siendo un gran historiador, reconocido por los académicos, trascenderá por El nombre de la rosa, porque con su novela logra contar describir y enseñar muchos aspectos históricos mejor y a más gentes que con otras de sus obras puramente o académicamente históricas.

Palabras clave:

2010-10-06   |   995 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 26 Núm.5. Septiembre-Octubre 2010 Pags. 530 Med Int Mex 2010; 26(5)